La pintura y la poesía parecen haber recorrido caminos
cercanos. "La pintura y la literatura forman una simbiosis maravillosa" afirma Eduardo Arroyo,
comisario de la exposición La oficina de San Jerónimo que se
muestra en la Casa del Lector. Pintar con la palabra, hacer poesía con la línea
y el color son dos dichos usados frecuentemente Pintura y poesía alcanzaron su cenit, al
decir de algunos, en Altamira y en Homero;
luego, y hasta estos nuestros días, no han hecho sino degenerar. Otros
escépticos dicen que ese señuelo profesoral de la écfrasis es lo más parecido a
dos boxeadores sonados que se abrazan a la vista de todos para disimular su
falta de vigor o la necesidad de ayuda. Pero la exposición de Carlos León en Alcalá 31 y este soneto
y otros de Rafael Alberti en A la
pintura se empeñan en desmentirlos. Tal vez por eso, la inauguración de la temporada en la Tertulia Rafael Montesinos girará alrededor de este tema. Tomen nota, está de actualiudad, dijo el Jefe antes de salir con prisas.
A ti, tela tendida, plano al viento
de la mano, el pincel y los colores;
ventana o mirador de miradores
para la creación del pensamiento.
A ti, camino de éxtasis, portento
que surges de la nada en esplendores,
terco dominio, imposición, rigores
y frontera encumbrada de un momento.
A ti, goce después, a ti, sumiso,
peligroso, resuelto compromiso
sobre una mar en calma que perdura.
Ya no eres lino, plano humilde, tela.
Ya eres barco celeste, brisa, vela.
A ti, ángel salvador de la Pintura.
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