Quién lo diría:
la rosa atropellada
es la más bella.
***
Mientras te espero
el tiempo se convierte en
ciruelas dulces.
La taza rota
sostiene la belleza
fugaz del mundo.
***
Me apaga el día.
Sus dedos de melaza
cierran mis ojos.
***
Mi mano roza,
en el borde del río,
la sed de un ángel.
la rosa atropellada
es la más bella.
***
Mientras te espero
el tiempo se convierte en
ciruelas dulces.
La taza rota
sostiene la belleza
fugaz del mundo.
***
Me apaga el día.
Sus dedos de melaza
cierran mis ojos.
***
Mi mano roza,
en el borde del río,
la sed de un ángel.
4 comentarios:
Bravo por Federico.
Gracias, querido amigo, por acoger estos versos en tu blog. Siempre es un honor estar en tu cercanía.
Bellos.
Bellos y precisos, Federico. Te transparentan. Siempre estás cerca y lo sabes.
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