lunes, 19 de marzo de 2018

Los americanos y Rosillo en Madrid. Crónica



      Desde hace un tiempo las pequeñas editoriales poéticas españolas le están haciendo un hueco en sus catálogos a la poesía americana, sea de habla castellana o no. Así lo hacen Eme, Valparaiso, Liliputienes y Polibea. Visor ya está instalada en ello hasta el punto de buscarle sitio seguro en los premios Loewe. También Pre-Textos, desde tiempo. En este suceder, José María Cumbreño (Liliputienses) presentó hace unos días en Casa de América su colección con cuatro poetas de los allendes, de los preocupados por el neobarroco y la vida diaria. Allí estuvimos.  Nuria Ruiz de Viñaspre hizo lo propio con una antología de poetas mujeres colombianas para Eme. Y Verónica Aranda no cesa de convocar poetas de allá para su colección Toda la noche se oyeron pájaros (de Polibea). Sin olvidar la conocida Trasatlántica de Amargord. Algo varada últimamente. 
En estos aconteceres, el pasado jueves 15 de marzo, se presentó otro refugio que atiende a lo americano. Promovido por la voluntariosa Eolas, de León. Está dirigida por Tomás Sánchez Santiago, poeta cardinal. Sucedió en la Biblioteca Iván de Vargas, pleno barrio de los Austrias. Intervino José Mª Castrillón que ha elaborado una antología del colombiano José Manuel Arango bajo el título La sien en el puño. Poesía de precisión lingüística, esbelta, reflexiva, limpia, hecha desde el hombre para el hombre. Habló luego Tomás de Y el lugar era agua. Antología poética. de Lorine Niedecker. Poeta norteamericana poco conocida, poco publicitada, una Emily Dickinson del siglo XX, se llegó a decir. Poseedora de una enorme fuerza interior, fue mujer que supo contar su íntimo cocer del mundo desde su único lugar habitado en plenitud: un cabaña en los marjales de Wisconsin. Un acto pleno de poesía, de los que justifican desafiar la lluvia, su pertinaz cariño de marzo.

Eloy Sánchez Rosillo en la Librería Alberti.
Foto MCBarri


     El viernes 16, semejante a fiesta mayor. Vino a Madrid, con escala el jueves en Talavera, el murciano Eloy Sánchez Rosillo, candidato a ocupar puesto de nombre referencia en el panorama español actual, cuya poética –claridad y celebración– identifica cualquier avisado. Sucedió en la Alberti, y se llenó de escuchantes la escalera tribuna del fondo.  No hubo novedad en la presentación titubeante que de él hizo Juan Marqués. Ni se esperaba. Apenas apuntó al título La vida como bisagra de su hacer. Sánchez Rosillo tiene ya apariencia patriarcal. Y tiene poemas que se han instalado desde tiempo en el glosar del instante, en una sensación emocionada de canto al mundo y a cuanto el mundo ofrece a los que miran con buena voluntad. Poeta sin necesidad de metáforas ni metáfora.  Poeta de lo conforme dicen algunos. Poeta de lenguaje sin recovecos dicen casi todos. Y de venta segura, asegura Tusquets. Me impresionaron sus manos longilíneas sorteando el azar de las páginas, prestas en buscar el poema. Leyó generoso. Y leyó tembloroso el poema final dedicado al encuentro con la madre. Público de poetas y atentos. Pepe Cereijo, Javier Lostalé, José Luis Morante, Constantino Molina nos cercaron.  Hubo disfrute del poeta y hubo comunión entregada. Digamos que Eloy habló, en los intersticios, de su infancia, de sus noches al raso ante cielos cuajados, de que escribe más cortos los poemas de ahora, de su afanes. Tuvo tiempo de proclamarse feliz con la existencia de Las cosas como fueron. Poesía reunida (1974-2017). Remarcó que esta obra justifica la intención de su vida, que le hacía dichoso. El volumen agrupa el contenido de sus diez libros. Desde Maneras de estar solo a Quién lo diría, y añade tres poemas inéditos. Señalemos la espléndida edición de Tusquets, a 24 euros. Buen precio para los tiempos que corren y su calidad física y estética.
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XVLI  DESMEMBRACIÓN

su corazón arrojado al mar 
para que las olas no cesen 

sus ojos enterrados bajo los pinos

su cráneo junto a la nuez de la fuente 
para que el agua brote sagrada 

su vientre para los cóndores de la noche 

sus senos un figura 
de estrellas

                              José Manuel Arango

2 comentarios:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Esa revista de prensa literaria deja la estela de los tiempos que corren, querido poeta, tiempos plurales, maleables, extraños, y tiempos también para ir buscando sitio en los afectos literarios. Yo disfruté algo en la lectura de los poetas de Casa de América, que no rompieron el tópico de poesía verbosa, redundante, torrencial, colectiva... Y disfruté mucho con Eloy y su poesía, aunque se me hizo larga la entradilla del presentador y del todo prescindible, acaso por estar tantos años estudiando al poeta murciano. Y fue hermoso ver un viernes de fiesta mayor en la Alberti, llena hasta los umbrales, y con muchos libros vendidos de una edición imprescindible. Un gusto verte por allí, querido Paco.

fcaro dijo...

Sí, José Luis, la suerte de coincidir en dos actos próximos. Muy fresco el de la Casa de América, pero conviene no confundir neobarroco con verborrea, le vendrá bien a la poesía. Es claro que Liliputienses apuesta por lo joven, lo nuevo y es difícil el filtro Nada que ver con el acto de Eolas, donde se ha dejado actuar al tiempo y presenta dos diamantes.
De Rosillo, qué decirte a ti. Salvo que te eché en falta en las palabras previas.
Con actos así es más fácil escribir.
Gracias, amigo.