martes, 2 de septiembre de 2014

¿Hay alguien por ahí?




    Entendido como estación vacacional, termina el verano. El sol nos cansa. Todo vuelve a rodar, a su costumbre. El blog también. Tengo reciente la lectura de Oír la luz, nº 251 de los Marginales de Tusquets, allí encontré este poema, una sábana blanca tendida al sol, de Eloy Sánchez Rosillo, poeta que no se priva, que habla del verano y su experiencia. De la beatitud de su fin.

  Pensé primero en lo significativo de una tendencia, pero... contagiado del ambiente, ya no me atrevo a situarlo ni entre los de línea clara ni junto a los desteñidos. Seamos lectores libres. Ya hemos dicho lo poco apreciado que está la concreción distintiva (para taxonomías acudan los lectores de Mientras la luz a las musas sonámbulas y a las tesis doctorales). Eloy cuenta su experiencia y la sabe compartida. Aunque, por si acaso, lo dice todo clarito, muy clarito. Para que entiendan los de arriba, los de abajo. Aquí no hay jeroglífico. Aunque para mi desasosiego, acude a la memoria mía aquel aforismo del manchego de Calaceite: Si entiendes en su extensión el poema que estás escribiendo, rómpelo. Tal vez por eso considero urgente acercarme este septiembre a la antología que de la obra de Eloy ha realizado el poeta y profesor José Luis Morante para Cátedra.

  Lo seguro es que ha remitido la discusión entre lo hermético y la línea clara. Entre el silencio y el discurso. En realidad, han ido remitiendo casi todas las polémicas. ¿Experiencia? ¿Metafísico? Arcaísmos. Nadie se aferra a nada, nadie perfila, nadie distingue ni clasifica en cajas, nadie niega. Lo anti ha muerto, las banderías. Temporal triunfo del relativismo poético. De la libertad. No clanes, no escuelas, no corrientes. Está mal visto afirmar, reafirmarse, establecer cintas -a diagonales azules y blancas- que digan POESÍA NO PASAR.

  El hacer poético actual en castellano no tiene ataduras. Ni trascendencia económico-literaria. Es nada, es libre. Incluso para la copia, la boutade, lo sublime o lo ridículo. La poesía camina a voz sin coro. Sin riesgo ni miedo porque nadie la escucha. O en silencio, la poesía es un buey balduendo horro de esquila. Es por tanto disfrute. Y es multitud, fin del escalafón. Aunque nunca venid y vamos todos: Mal del siglo.que comienza, balduendos y demasiados. Sin maestros, sin discípulos, dando palos de ciego a ciegos, repartiendo confites, sinfonías a sordos, vadeando o subiendo laderas, despeñados por abismos: pero solos. Pero libres, pero libres.

Terminó el verano, el jolgorio y la pausa. ¿Nos divertiremos? ¿Nos aburriremos? 


La feria del sol

El verano ha instalado sus reales
aquí mismo, en el pueblo
en el que paso yo las vacaciones.
No penséis que llegó
discretamente y sin hacer ruido.
Vino con mucho escándalo
y la entrada que tuvo fue sonada.
Lo anunció una gran banda de música, con bombos
y platillos y cientos de instrumentos
estrepitosos de metal dorado
que destellaban y que encandilaban.
La música era alegre popular, bullanguera,
los chiquillos corrían al oírla, gritando,
y todo el mundo se sintió de pronto
muy feliz.
En seguida
llegó una interminable caravana
de enormes carromatos repletos de feriantes
y de gentes de circo. Comenzó
el tinglado a moverse, y como por ensalmo
todo quedó dispuesto con rapidez muy grande
e increíble belleza bajo la inmensa carpa
amarilla del sol. Y desde entonces
no ha cesado el jolgorio. Altavoces frenéticos
ofrecen, desacordes, por muy pocas monedas
maravillas insólitas. No hay descanso posible.
Sigue vivo el jaleo un día y otro día.
Quien quiera descansar que no se quede.
No lo dudes y súmate a la fiesta
más hermosa del año. Tiempo habrá
de estarse quieto luego y aburrirse,
cuando para desgracia nuestra acabe
el trajín prodigioso del verano,
cuando al fin el otoño,
meditabundo y cabizbajo, llegue.

2 comentarios:

Inuk dijo...

Claro que estamos por aquí Paco. De hecho, seguro que más de uno como yo, no hemos dejado de estarlo.

Me encanta leerte Mientras la luz ahora acorta los días. Pero eso es ahora, porque luego vendrán otras estaciones y entonces te seguiremos leyendo Mientras la luz se extienda hasta el límite.

Es genial oirte pensar en voz alta y que nos pongas al día de tus lecturas pendientes que también haré mías.
Me gusta mucho Eloy Sánchez Rosillo, tengo Las Cosas como fueron, en la que está su poesía completa hasta el 2003, y La certeza. He disfrutado mucho sus poemas que cantan a la luz. Gracias por esta entrada y tus reflexiones porque me recuerda que yo también tengo lecturas pendientes. Como nos dice Sáchez Rosillo en este poema Tiempo habrá de estarse quieto luego

Un abrazo Paco
Victoria

fcaro dijo...

Ya veo que estás Victoria, y pletórica de luz poética. Es perfecto saberte, no al otro lado, sino cerca. Habrá de ocasión de algún vino. Fresco y blanco. Un beso inuk.