SEIS DE MAYO EN LA FUENTEAGRIA
Para Ana Cano, la mujer que le amó y cuidó.
Nicolás,
está la tarde
abierta, fértil de luz, de verdes
altos y olivos;
bajo este sol que
escucha y nos abraza,
nos vamos
congregando, aquí, en esta altura,
frente al campo
feraz de Piedrabuena.
Nos has traído tú.
Sabes, ahora
el trabajo del
campo es diferente,
ya no es el de tu
infancia
de niño pronto huérfano,
de niño pronto huérfano,
no hay sudor ni
fatiga en las cosechas,
ya la sangre
dorada
de tu abuelo y tu
padre segadores
no se inclina en
los campos que tú cantaste,
pero es tu mismo
pueblo, la patria que quisiste,
tu paisaje y tu
gente
Nos hemos reunido
para volver a ti
una vez que tu
sangre,
desde enero de
este año diecisiete,
ya es tierra con la
tierra;
dicen que lo
lejano
no puede ser
instante, pero tú
has vuelto con
nosotros, y nos dices:
Ya es primavera,
hijo, y los sembrados…
Lo escribiste una
vez para el poema,
querías que tu
hijo no olvidara
tu raíz ni su
origen,
querías que
supiera que el trabajo
de los humildes y
los dignos puede
llevarnos de la
mano a la justicia,
dos anhelos que en
alto pregonaste,
y que fueron
orgullo.
Frente al campo y
el sur de Piedrabuena
nos hemos reunido
para decir que
fuiste, Nicolás,
poeta con la
gente,
poeta al borde de
la luz y en ocasiones
al borde casi de
la duda, de la niebla,
que arañaste la
piel de un tiempo roto
hasta encontrar el
hielo
o tocar el
temblor,
que labraste
barbechos y escribiste palabras
donde yacen
cansados
los gritos de los hombres,
los gritos de los hombres,
sus limpias
esperanzas,
por eso tantos
nos hemos agrupado
junto a ti,
aquí, la
Fuentagria, mayo y seis,
porque juntos queremos
levantarte un
acero de memorias,
aquí, frente a esta
granazón
de cereal y paz
que te cobija.
Si nos vieras
contigo.
Está fértil la
tarde y su aroma pronuncia
también tu nombre,
el caño mana en su
canción tu verso,
la luz no quiere
irse, no desea
guardarse todavía
en el crepúsculo
tal vez
por no traer la
noche hasta los trigos.
Sabemos que te has
ido al largo viaje,
pero aquí,
tus palabras en
alto,
que hoy leemos con todos para todos,
que hoy leemos con todos para todos,
dicen que continúas,
dicen que sigue
con nosotros tu gesto,
tu voz,
tu primavera.
1 comentario:
El poeta JOSÉ MARÍA GARRIDO DE LA CRUZ
nos envía este poema en homenaje a NICOLÁS DEL HIERRO.
NICOLÁS DEL HIERRO,
TRES AÑOS SIN SUS VERSOS
Tres primaveras mas
y el pelo blanco,
sin acabar la tarde ni el café
te llevas, vecino,
un suspiro y mis poemas,
y yo me quedo con tus versos en la alcoba
viéndote pasar la calle arriba
esperando que vuelvas a buscar me.
Hoy el periódico está en negro,
ya tiene más tinta, más años más distancia
mas sombra entre los dos,
más luz tu letra y tu poesia
Tal vez del hierro,
Nicolás me quede ese dolor
oxidado y amargo
que no acaba de borrarse.
Tal vez del blanco Nicolas,
de tu pelo me quede la elegancia
en tu letra me dejes la enseñanza
y el bastón que te soporta
en estas tardes de caloroso estío
lo tome de modelo.
Hay letras que dibujo en la distancia,
buscando tus cuadernos
aquí, muy cerca, al lado de mi sombra
y me faltan tus colores, que las pinten.
Hay letras, Nicolás, irrepetibles.
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