A pesar de los Uber clandestinos, de que no pagan impuestos, del Madrid trabajador sintaxis, de tanto desasosiego, la poesía mueve, nos mueve, revuelve, agita, convoca, levanta, llama. Y vamos. Hacía tiempo que no lo contábamos. Sepan que el Jefe está contento,que hoy le han pagado, en cash, sus primeros derechos como autor. La becaria, incrédula, lo ha contado varias veces. Escribimos esto para no soportar semejante visión.
(Foto Librería Alberti) |
Uno
dos y tres, tres bande… maestros en el ruedo de la Alberti. Venían de la mano a
presentar sus ejemplares de poesías completas que ha preparado para ellos
Austral. Los tres alabaron su físico: pesan poco, son muy flexibles y tienen un
precio al alcance. El libro con todos los
poemas vale menos que mi último libro exento publicado, dijo Joan Margarit. Y los otros asintieron. Antonio Jiménez Millán es
granadino-malagueño, amigo y compañero de clandestinidad de Luis García Montero. Razones que le
hacen visitar Madrid y la Alberti (estuve en la anterior) con frecuencia. Es
poeta aseado y un poquito previsible. Luis se mostró dicharachero y cordial, cómo
no, y amable como anfitrión. Margarit rechazó con efusión lo aportado por los
maestros (escolares) en su formación como persona. Que él se hizo no sabe como.
Y que su caída del caballo ocurrió cuando se dio cuenta que escribía en su
lengua cultural y no en su materna. Hace tiempo que se corrigió, nos dijo. Fue,
de los tres, el que mejor y más fuerte reía las ocurrencias. Nos aviso de que temía
caer en el ridículo cuando escribía. Antonio se atrevió a confesar que su abismo temido era
la cursilería. Él sabrá, no he leído todavía obra suya. Montero señaló a la
ingenuidad como el animal de garras que sentía al acecho. Por esa creencia suya en la bondad
de las cosas, remachó. Apenas se habló de poesía, sí de sus alrededores. Por
cierto, Joan leyó los mismos poemas que hace 13 meses cuando estuvo en la
Residencia de Estudiantes. Con los miles que tiene. Martes y 22.
El
jueves 24 unas 200 personas ocuparon el Centro Riojano para escuchar, por
separado, a dos poetas. En salón inferior, Milagros
Salvador presentaba su libro T (se les conoce por la letra inicial del
título) Tierra sin luz que mira al cielo, dedicado a las diosas de las
distintas mitologías. Diosas que ella salpimentaba en las entretenidas
introducciones a los poemas. Es dueña, Milagros, de una poesía sin complejos,
directa, clara en sus intenciones. Milagros es conocedora de que al otro lado
de las cosas está siempre el lector. No necesitó presentador. Estuvo con ella
el ingenioso editor que logró acallar el murmullo de la sala imitando, y bien, el
sonido de las cigüeñas (pronto San Blas). Aclaró que se llamaba crotoreo a tal
proceder.
Antonio Daganzo (Foto Pablo Méndez) |
En
el piso superior de Alcalá 25, Antonio Daganzo
reventaba la sala para presentar su nuevo Vitruvio, Los corazones recios. El
editor, Pablo Méndez puso voz a un
texto del ausente Sergio Macías.
Leyó el autor con forma más sosegada, más íntima, más convincente que en anteriores,
textos de un poemario de doble provocación. Ambas viven en su conciencia. Una
es la de los afanes culturales, la belleza y sus modos, la música en especial. Forma
parte indisoluble de su levantar los ojos. Y se desborda en multitud de poemas,
casi todos con destino expreso. La otra provocación es la necesidad de
responder a los retos del amor con las armas de un corazón templado, sabedor de
los premios y castigos, abierto y recio en su estar, en su proceder, en sus
respuestas. Los tules que el decir poético procura al lenguaje no logran velar
la potencia y la presencia de una fortísima intimidad (con destino no explícito).
Antonio expuesto a los soles y la lluvia del existir. Como deben estar los poetas.
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(el tiempo de los versos)
hago un puzzle
o eso digo
en realidad
pongo palabras
en un mismo poema
hoy puse
alrededor
de los arándanos
la avidez de la lengua
nueve palabras
tres horas casi.
Paloma Corrales
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Distancias.
En la vida hay distancias.
JUAN JOSÉ DOMECHINA
Quiero que no lo olvides,
nube roja y dichosa:
durante largos años
estas canas que ves las tejí con distancias.
Mentirá quien te diga
que la nieve no es hilo:
es el hilo mejor,
y más aún:
el perpetuo bordado que junto al sol espera
sabio y solo en la cima.
Si he de seguir tejiendo,
si mis días auguran la completa nevada,
por si de pronto muero de fiel sabiduría
y no alcancé a decírtelo,
yo quiero que lo sepas,
nube roja y lejana,
fresco cántico:
jamás la espera fue tan luminosa.
Antonio Daganzo
4 comentarios:
Primera"semana grande" del año poético capitalino, para disfrute y atinada crónica del gran jefe. Como vivirlo. Abrazos.
En este día de natalicio para mí, agradezco la labor informativa de Mientras la luz y de su hombre al mando. Pródigo ha estado enero en eventos y todos supongo que no pueden ser reseñados. Mi apoyo a las ausencias.
Bienvenido a la capital del reino, maño magno. Se le espera, buen Mayusta.
Querido Juanjo, esto de cumplir es una bendición. Como es una bendición asistir y escuchar a los buenos poetas y buenas poetas. Haya fuerzas y tiempo para una crónica o no. La ausencias no son ausencias y bien lo sabes. Ay, y cómo te entiendo.
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