viernes, 11 de diciembre de 2020

De Miguel Ángel Yusta, "La copla. Emoción y poema"

 


      Cuatro octosílabos, asonantes los pares. No hay más. Pero dentro cabe el mundo. Todo el amor, toda la ausencia. Hechos para la voz alta, para la íntima, para ser cantados o dichos al oído. Hasta que el pueblo las canta/ las coplas coplas no son. Hijas del pueblo, el poeta que las quiera debe bajar a beber del río del pueblo, del viento y las gentes que pisan las calles, trabajan, aman y desaman. Demos gracias a Ferrán, a Fernán Caballero, a Demófilo y a tantos otros que en el XIX levantaron una casa para ella en donde tantos se cobijaron. Besando la carretera/ hay una ventita blanca/ y una mocita que cose/ a la sombra de una parra, escribirá después Villalón. La copla, ese milagro, ese vibro del aire, esa cuarteta emocionada a la que un poeta de raíz, un amigo, ha consagrado tiempo y afectos. Hablo de Miguel Ángel Yusta, aragonés de pro, que lleva décadas manteniendo en el Heraldo de Aragón una sección semanal dedicada a la copla.  Propias y ajenas, buscadas y rogadas, actuales e históricas. Y comentadas con una sabiduría que ha hecho sazón y escuela.

    La copla, base de la jota y de tantos otros cantares, ha recibido de Miguel Ángel Yusta una atención, un tiempo, una constancia y un estudio que nos redime a todos. Somos los españoles muy dados a no valorar lo nuestro, a dar por bueno lo ajeno y mirar con menosprecio lo que nos brota de forma natural y corre libre. Si nos parásemos a la pregunta ¿cuántas sentencias, haikus, aforismo, quejas, lamentos, loas, alegrías caben en la copla?, qué fácil sería responder, y a coro:  todas. Editado a dúo por Lastura y Juglar, el libro La copla. Emoción y poema, que así se titula, tendrá el temblor de un estreno de lujo en el atrio del Teatro Principal de Zaragoza, donde junto al estudioso Javier Barreiro, actuarán Nacho del Río y Beatriz Bernard, intérpretes de jotas, a más, claro está, del autor, que con paciencia y hambre ha esperado este momento. Será el próximo miércoles 16 de diciembre (19 horas). Con mascarilla, sí, distanciados, sí, pero sabiendo quienes somos.

    El libro concita y concilia, principio y final, los textos de Susana Diez de la Cortina y de Javier Barreiro, dos estudiosos del tema, además de un prólogo de Juan Domínguez Lasierra. Pero halla su enjundia en las dos jambas que abren la puerta de ese portal de los sentimientos donde se aloja la copla. La primera está compuesta por coplas extraídas de la mejor tradición de la lengua castellana (Lope, Quevedo, Cernuda…) seguidas de poetas actuales contagiados de su hacer. La segunda, por las 130 coplas seleccionadas de tantas como ha fabricado y publicado su autor, Miguel Ángel Yusta, y que le han dado justa fama, haciendo de él un autor solicitado. No es esta la primera publicación que le nace, la anterior (en Olifante) lleva ediciones y ediciones. La copla siempre, ese cantar que va buscando gargantas, que el aire propaga y aleja hasta dejar en glorioso anonimato el nombre de quien lo levantó. Algo que ya comienza a pasar con nuestro autor. Un aviso de que va para clásico. Conviene disfrutarlo ahora, que todavía es mortal.

Os dejo con algunas de las que componen el libro:


El día que tú naciste
no quiso salir el sol
porque al mirarte se dijo:
No podemos lucir dos.        
  

Mi pena es grande y profunda,
mi alegría yerma y seca,
nunca derramo mi canto
que soy tierra aragonesa.
  

Por la calle donde vives
paseo siempre en silencio
porque cerca de tu casa
musita tu nombre el viento.
  

Me arrebatas por las noches,
te enfadas por las mañanas,
a mediodía me riñes…
qué complicada eres, maña.

9 comentarios:

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Sabiduría y fraternal amistad se dan cita en estas líneas hermosas que agradezco de todo corazón. Un abrazo.

fcaro dijo...

Eres tú quien ha escrito un libro hermosso. Yo lo cuento.

Pedro Torres dijo...

Me alegro mucho. Y lo que dices da en la diana: la copla es ahora el cauce más genuino de la lírica popular, y puede serlo de la culta si el "culto" se atreve y la trata con el debido respeto. Enhorabuena al autor y a los lectores, que no seremos pocos.

fcaro dijo...

Machado recuperó el romance, la cadencia de su rima, y le dio una altura insospechada. Por no decir Lorca. Estamos esclavuizados en el 11/7 como melodía, y lo digo por mí. Ay... menos más que nos queda Yusta.

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Querido Paco, qué buena lectura del quehacer literario de Miguel Ángel Yusta; qué bien nos viene a todos, en este momento de grisura ambiental, un poco de sal y humorismo, una copla rescatada, un canto a la esperanza. Un fuerte abrazo.

fcaro dijo...

Querido Amigo José Luis, tener el punto de mira en M A Yusta es de justicia. Ha peleado solo a favor de la copla. Con la copla se puede hacer inmensa poesía, y lo sabes. Basdta leer a Rosalía. Recuerda aquello de

Castellanos de Castilla,
tratade ben ós galegos;
cando van, van como rosas;
cando vén, vén como negros.

Que es todo un manifiesto grito, una inmensa denuncia. Así de grande es la copla.
Mi abrazo.

Anónimo dijo...

Si riman en asonante
es difícil decir vale
son las coplas de Mayusta
el talento que te invade.

imgar1@hotmail.com dijo...

Mañana al amanecer
asómate a la ventana
he de cantarte la jota
cuando llegue la alborada.

Abrazo, Isabel Montero

fcaro dijo...

Mil gracias, Rosa e isabel por estar junto a Mayusta en este hermoso libro.