Para celebrar la posible subida, tal vez, veremos, del
SMI a 900 euros, el Jefe ha dispuesto para la redacción el fin de la jornada
semanal reducida y la necesidad perentoria de trabajar a diario. Léase todos
los días. Lo que algún emprendedor sin hígado definió como la Semana
Fantástica. Sepan que hasta el gran Fernando
Beltrán escribió un libro ocurrente y de poesía con ese título. Obligada
asistencia a actos, dijo el Jefe. 900 euros son un pastizal, que se dice. A un
tal Casado, recién casado, le marean estas amplitudes. Muevan el culo, nos dijo
en americano de la serie B. A por ellos. A la calle que ya es hora. Y fuimos.
Valentín con Ana Galán mientras las firmas. |
Antonio Parrón esperando leer |
Martes, 16 y Parrón,
Antonio. El poeta de Cazalla de la Sierra, el rapaz de raquítica manta, el
domador de las simientes, el extasiado del río Viar, vino a Madrid acogido por
la Casa de Mancha. El libro de las piedras muertas bajo el brazo. Poesía del
hambre de la tierra, voceadora de cielos, sobria y delicada, grito y consuelo.
Un poeta de ritmos y verdad. Con él los susurros, la percusión de caña, el
bamboleo de los objetos y las manos de Julio
Prenda, sevillano de misión. Qué placer estar. No nos debían pagar por
esto, Jefe. El castellano de la sierra sevillana atravesado por los torrentes
de una garganta campesina.
Ana Montojo, poema, taburete y micro |
El maratón aceleró su final. Se quiso viernes. Y 19. Y bar de copas. Se quiso Ana Montojo y
azulón de enigmas. Un solo de saxo y una mujer que conoce lo que se aparta y huye,
lo que fenece. Y entonces planta cara y abofetea con versos como espadas, con
labios y cuchillos. Una mujer que le dice a su perro vida mía y escribe libros
como estelas que desafían soledades. Vino con ella el escalofrío, las cuerdas
de Chuss Laforet y su delicia, los mercenarios
Rafa&Moncho haciéndose millonarios con su decir, con su cachet. Y sobre
todos la Montojo, la llena bares, la capaz de cambiar la luz de la sala a su
antojo, pero no la vida, los zarandeos.
Una semana fantástica, llena de amigos, amigas.
Carlos, Ana, Mª Ángeles, Carmen, Luisa, Fernando, Hortensia, Isabel. A por los 900 del ala.
2 comentarios:
Qué crónicas, Dios mío. Y qué acontecimientos. Los unos a la altura de las otras (sic). Habrá que leer a los poetas que no conocemos. Habrá que volver, siempre, a Elvira Daudet.
Alguno puedo ofrecerle. Es lo que tiene este caminar, querido, de parte a parte.
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