domingo, 30 de septiembre de 2018

Consejo de redacción de octubre. Los nuevos aparatos




      A media mañana llegó el Jefe. Entre eufórico y contenido. Aún no sabe si la inversión para renovar los útiles de la redacción tendrá recompensa. Cansado de que las aes le huyeran de los teclados, ha invertido en un nuevo aparataje informático. La nueva poesía no se escribe sin vocales, faltaría color–espetó con saña a una redacción cansada de penurias. Las redes exigen puntas de modernidad y el equipo del que nos hemos dotado aguantará mejor el riesgo. ¿A qué riesgo se refiere? –le espetó la becaria, descarada. Al abismo de escribir para todos y para nadie al mismo tiempo, que es lo que se lleva ahora. Viva lo que todos entienden y a nadie atiende. ¡Basta de solipsismo lírico y angustias universales! –respondió paródico. (O parónimo, no pudimos saber, tras largas discusiones, el adjetivo apropiado). La becaria y el viejo redactor, el que nunca abandona el sofá y el lápiz, se mordían las uñas en la sospecha de que los nuevos ordenadores se negaran a escribir en octosílabos asonantados. O prefirieran los haikus a Ronsard. El Jefe tronó: Modernidad v. tradición, tecléenlo en sus cerebros, háganme el favor. Estas que les ofrezco son herramientas con que poder pasar desde Zorrilla a la Faet, desde La Bella Varsovia a la Espasa-Calpe, estamos en las autopistas de la información. Si lo precisan, copien con disimulo. Nos sobran gigas, los derramamos. Quiso probar el joven redactor atónito y tecleo Echegaray. ¡Caray, Echegaray! –devolvió juguetón el dispositivo. Pero la pantalla, como un tigre, ofreció presto aquella su famosa redondilla, aunque en versión punto 5. Esa que dice
Contra las olas del mar
luchan brazos varoniles,
contra poetas a miles
no hay manera de luchar.  

El Jefe, cariacontecido, apagó el aparato.  Dijo que volvería.

9 comentarios:

Javier Díaz Gil dijo...

Me alegra, Paco, volver a leer un consejo de dirección. Ya te lo dije el otro día en Getafe. Además de divertido nos haces reflexionar. Habrá que resistir ante los escribidores de poemas sin vocales/vocación. Un abrazo, Paco.

Anónimo dijo...

Estupendo como siempre. La ironía elegante y misericordiosa, comprensiva de las flaquezas humanas, es una herramienta muy adecuada para intentar desbrozar y entender este mundo tan puñeteramente complejo de la poesía y sus oficiantes.

fcaro dijo...

Bueno, el Jefe está un poco dislocado ultimamente, pero no pierde el hilo. Un abrazo, Javier.

fcaro dijo...

Bien sabe usted, don Juan que la ironía no puede ser de otra manera que misericordiosa. De no ser así sería otras cosa. En cuanto a lo de desbrozar, solo aspiramos a caminar sin pincharnos demasiado.

grande dijo...

gRand3

Diego Clemén dijo...

Tradición y actualidad, ceremonia y olvido del oficio... Magnífica la ironía, coincido con algún comentarista, para abordar estos temas. Un saludo.
Diego

Mayusta dijo...

1. Por lo cual, atendiendo a que este género de sabandijas que llaman poetas son nuestros prójimos y cristianos, aunque malos, viendo que todo el año idolatran mujeres y hacen otros pecados más enormes, mandamos que la Semana Santa recojan a los poetas públicos y cantoneros, como a malas mujeres y que los prediquen para convertirlos; y para esto señalamos casas de arrepentidos, que según es su dureza, no las estrenarán.
(F.de Quevedo. Pragmática del desengaño contra poetas hueros. 1)

fcaro dijo...

Gracias, tocayo

fcaro dijo...

Un saludo, Diego.