Me moriré
desierta
de sangres
repetidas y de ti,
no llegarás a
tiempo, sé que no,
me moriré de
olvido, del blando seconal
no sé vivir
sin nadie que me enturbie, que me inunde,
hoy que nadie
me inunda
quiero
desierta:
retiraré de
mí cada palabra,
cada sílex,
cada pobre abanico de mujer,
cada cintura
roja,
que no es
sino vaciarme
del sonido
del agua
todo es la
soledad cotidiana del agua
el agua y yo
dos siglos
de pie frente
a este muro, tan espeso,
oh muro, oh
desdicha memoria de luz huera
ya no veo las
lilas que deshojo,
yo nunca
estuve llena sino de un viejo olor
a ciprés y a crayons
que me persigue
písame cuando
llegues, sin piedad,
quiero sentir
tu peso
quiero sentir
el peso de tu planta en el vientre
ya difunto
húndelo,
quiéreme, písame, que tu deseo pise
el antiguo y
ajeno de Alejandra
que
esperaba... te.
(De Locus Poetarum)
(De Locus Poetarum)
4 comentarios:
Caro Paco. Si Alejandra levantara la cabeza te besara y te besara. De verdad, no como esos dos.
Poemazo (¿ya está editado, verdad?, me suena)
Un abrazo
Eduardo
Está editado, Eduardo. En Calygrafías. Formará parte de Locus cuando salga. Y sin tocar una coma. No he podido. Celebro que te guste. Y sin comparación con esos, por Dios.
Tremendo y turbador.
Fantástico
Ganísimas de que salga
Saldrá, Victoria. En un sitio o en otro.
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