martes, 29 de septiembre de 2015

LA de Cuenca, Premio Nacional de Poesía


    Parecía extraño que una persona de la dimensión poética, mediática y social de Luis Alberto de Cuenca no hubiera sido todavía designada con el Premio Nacional de Poesía. Parecía extraño. Una anomalía en el orden de las cosas que ha sido corregida. Amigos de tantos por su buen hacer, sus elegantes maneras y su sentido de la amistad, ha recibido numerosas y sinceras felicitaciones. Por el lado contrario han surgido críticas amparadas en el paralelismo partidista con quienes ahora rigen el Ministerio. Son menos los que han destacado el efecto político-parabrisas de los últimos galardonados Antonio Hernández / LA de Cuenca. Y es que era ya. O ahora. O nunca. O que se le debía. En fin, ganas de buscar entre la tribu (tres, cuatro, cinco...) pies al gato.

    Pero si las opiniones son libres, las cosas son como son. Otra cuestión es que en el criterio para la concesión del premio, pensado para destacar el libro del año, se considere demasiado la trayectoria y el prestigio personal. Y la oportunidad. Pero... así ha venido siendo y seguro que así será. Hay cosas casi imposible de superar, de separar. Digamos que es un premio merecido en el caso que nos ocupa, no sólo por el valor del conjunto de su obra, tan personal, sino también por la mansedumbre y el buen gesto (somos testigos) con que acepta ser presencia en tantas presentaciones de tantos libros de tantos aspirantes.    

4 comentarios:

La Solateras dijo...

Estoy de acuerdo, Paco. No he leído el libro en cuestión, pero sí toda su obra anterior y es un premio merecidísimo. No se debería tener en cuenta ningún otro factor para otorgarlo, ni a favor ni en contra.

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Más allá del contexto de cada premio, que siempre está marcado por lo contingente, la poesía de Luis Alberto de Cuenca es uno de los trayectos más sólidos y premiables de nuestro país. Su evolución, su singularidad para huir de la etiqueta novísimos hacia un realismo transcendido, y su conocimiento del legado clásico convierten su voz en una aportación imprescindible. El premio merecido, sin duda.
Un gran abrazo, querido Paco.

fcaro dijo...

Yo también lo creo, Ana. Su poesía está construidas con mimbres sólidos al tiempo que disfruta de una ligereza nada sencilla. Le última vez que le oí hablaba de su tendencia a huir de lo trascendente. En eso está cada vez más, en el escepticismo como sugerencia.

fcaro dijo...

Hacia un realismo trascendido, dices, José Luis, y dices bien. En sus últimos poemas busca el diálogo desde la tranquilidad del que mira descuidado y sabio, sin afanes. No es fácil llegar a esa sencillez tan sabia.