viernes, 9 de noviembre de 2012

La agonía de los bueyes tiene pequeña la cara


Parece que habrá temporada en la Tertulia Hispanoamericana Rafael Montesinos. Termina de cumplir 60 años de madurez serena. Es conducida por Marisa Calvo y Rafael César Montesinos, mujer e hijo mayor del sevillano poeta Rafael Montesinos. En el aniversario de lo que es un lujo de la cultura española han sido felicitados por el gobierno con la denegación, tras 60 años, de la pequeña ayuda económica que recibían del Ministerio de Exteriores. Nada que ustedes no supongan, ni sepan ya a estas alturas. El martes 6, en el Ateneo de Madrid, en reunión, se hizo patente -alta, clara- la decisión unánime de seguir. (Ver más)

Beatriz Herranz. Julio Santiago y Juana Vázquez
entre tantos poetas que llenaron el Ateneo
para celebrar el 60 aniversario de la Tertulia.
Fotografía de Mayte Pañeda
La decencia de quienes la sostienen, familia Montesinos y los tertulianos, va a permitir su continuación en el local del Colegio Mayor Guadalupe que ha sido su sede en los últimos 10 años. No están, no estamos solos. La poesía no es un lujo en esta España desbaratada que nos ha tocado ahora vivir, la poesía es un elemento más de nuestra conciencia. No es posible escribir poesía sin tener el corazón puro, y me atrevo a añadir: enrabietado. Escribiremos, leeremos, escucharemos a los poetas. Y es más necesario que nunca que no lo hagamos desde la mansedumbre. Enrique Gracia Trinidad dijo el otro día en el Ateneo, aprovechando el acto, que es preciso ponerse bravo. Que es el signo de los tiempos. Que hay un desafío planteado. Lleva razón.

Otro si

Escribo tras leer un mensaje de Elvira Daudet, con quien tanto siento, haciéndonos llegar un escrito de Lorenzo Fernández Fau, médico, advirtiendo de lo mucho que nos jugamos si dejamos caer nuestro Sistema Nacional de Salud, ese tremendo amparo del que no sé si somos conscientes. Tomo del escrito su final que quiero compartir: 
      
     Decía recientemente el Jefe del Estado que, ante la que está cayendo, es preciso ponerse el cuchillo entre los dientes. Curiosamente, es lo que también vengo proponiendo desde hace tiempo: quitárselo a los que hasta ahora lo han empleado para rebanar los derechos sociales y colocarlo entre los dientes de la ciudadanía movilizada. Porque no desearía que pueda suceder aquello que, como de forma magistral y con apasionado sentimiento, describe Rubén Darío en Cantos de vida y esperanza: ¿Callaremos ahora para llorar después?

3 comentarios:

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Totalmente de acuerdo, amigo Paco. Mi abrazo

Anónimo dijo...

Con Gracia y contigo, amigo Caro.

Un abrazo lluvioso.

Ana Garrido

El Mirón dijo...

¡Cuanta vigencia tienen de nuevo los versos de Miguel Hernández!