Locus Poetarum (Polibea 2017)
Francisco Caro (Piedrabuena, Ciudad Real, 1947)
Profesor de historia, ha colaborado en prensa y en revistas literarias.
Entre sus poemarios: Salvo de ti (2006), Mientras la luz (2007),
Lecciones de cosas (Premio Ciudad de Zaragoza 2008), Calygrafías
(Premio Ateneo Jovellanos 2008), Desnudo de pronombre (2009),
Cuaderno de Boccaccio (Premio Ciudad de Alcalá 2009), Paisaje (en
tercera persona) (Premio José Hierro 2010) y este Locus poetarum
(Polibea, Madrid, 2017).
¿Desde dónde hablan los poetas, cuál es su lugar? Aquí se nos dan
algunas pistas de este desmesurado amor al mundo y a las palabras que
llamamos poesía. Es este un curso que imparte un Maestro, tan peculiar
que uno piensa en Juan de Mairena, dividido en una “Prueba de ingreso”
y tres trimestres. El maestro y su discípulo nos van desgranando tanto
una idea de la poesía, y sobre todo del oficio de poeta, como emocionados
homenajes a quienes, como escribió Luis Cernuda, “vivieron por la palabra
y murieron por ella”. Comparecen Vicente Huidobro, Esenin, Elytis, Anne
Sexton, Alejandra Pizarnik y Bécquer, Juan Ramón, Rubén, Quevedo,
José Agustín Goytisolo… voces que comparten la idea de la poesía como
fragua, poetas que labran, que hacen hoces, vagabundos, mendigos, nunca
profetas; como esa estremecedora imagen de W.H. Auden, la que nos
dejara Hannah Arendt, que “vive en plazas, se asea en fuentes públicas y
convive con las palomas”. Este es un lugar periférico, humilde, mezclado
con los desposeídos, cercano a la locura (Leopoldo María Panero, Anne
Sexton) o a la lucidez. Nunca el “poeta mercader”, los que “fían su salvación
en la escayola de las antologías”. En esta hermosa casa del poema
edificada con tantos ladrillos-palabras, con tantos maestros leídos con
el fervor del descubrimiento, “tiemblan las palabras”. Porque el maestro
de esta Academia singular tal vez sea la voz múltiple de todos los poetas
escuchados. Esto es lo que se enseña. Aprendizaje de ese “día incierto en
que llamé /luz al pan que comía”. Y la certeza de que “escribir/ poesía es
también y desde Homero/ un acto de legítima defensa.” No hay invitación
más hermosa que esta a perderse en el desvarío de la poesía, a frecuentar
el Aula, a seguir aprendiendo. Este, y no otro es el lugar de los poetas.
Entre otras cosas un acto de legítima defensa.
Antonio Crespo Massieu
1 comentario:
Exquisita reseña de este no menos exquisito poemario de Francisco Caro. De poeta a poeta, con la generosidad y el sentido de la amistad que os identifica a ambos. Abrazos
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