Jesús Hilario en El Alambique, uno, junio y 2019 Foto MCBarri |
Estuvo
todo el tiempo Tundidor en Jesús Hilario, en ese tipo de voz tomada, ojos de
cielo y gesto afilado, en ese poeta de arenas y aceros, en ese zamorano de
metafísicas sonoridades. Vino sin sombrero el poeta. Escuchó con agrado no
fingido las anécdotas y lecturas que le ofrecieron. Tamizó, matizó, con gestos
y pequeñas frases. Se sabe en el corazón de quienes le acompañaron, sábado, uno
y junio, en el mítico Alambique de la calle Fúcar. Más de 30 poetas y/o amantes
de la poesía ocuparon el espacio y el tiempo, su mediodía. Fue una sazón íntima,
un limpio estar con, lo necesario. Sepan que construyeron la rosa del instante la triple
amabilidad convocatoria de Agustín Porras, Rafael Soler y Manuel Quiroga. La
lectura por el poeta de su afamado Mara Belén hizo denso el silencio, el
cariño, los aromas del tiempo compartido. A estas situaciones les llaman
homenajes. ¿Por qué no?
______________
VIAJE
A PORTUGAL II
En
el Mirador de la Universidad
Con
los ojos albos de la luz en Coimbra
escribo
este poema.
Un dilatado
espacio
ocupa
el corazón, sueño y conocimiento
planean
en el aire purísimo, golondrinas,
vencejos,
todo es una subida del saber en el alma,
una
caída misteriosa hacia
lo
azul que eterno impera.
No
hay tiempo
pues
no hay muerte, sino una dulce y suave
melancolía
de existir. Y es mediodía.
Con
los ojos albos de la luz en Coimbra
recibo
este poema. Un dilatado sueño
ocupa
el corazón, una llanura
de
sabiduría donde
como el río Mondego
en
lo hondo, Dios al fin, serenamente
presenta
su transcurso.
Coimbra,
junio, 1988
No hay comentarios:
Publicar un comentario