|
Foto: MCBarri |
Me
preguntaba el expuesto auriga, el de Delfos, cual era la razón por la que se había
puesto de moda en Madrid la costumbre del vermut poético. A mí, que, tras sortear la maleza que encubre la fuente, subía de humedecerme
los labios con un buchito de agua castalia. A mí. Puedo deciros que su mirada de marfil sereno e inquisitivo
esperaba mi respuesta. No supe qué decirle. Él estaba seriamente preocupado. Me
habló de nuevo: No tenéis suficiente con haber conquistado las tardes de los viernes
para vuestros jubileos y presentaciones, ahora pretendéis ocupar el sagrado
rito del vermut sabatino para dar la barrila a la gente, y va a ser que no.
Terminaréis derrumbando los templos, convertiréis el hacer poético en un campo
de ruinas, os abandonarán por cansinos, por okupastodo. Y yo no sabía qué responderle admirado como estaba de su precisa información. De la que os traigo
noticia. Con tales palabras justificaba el Jefe su prolongada ausencia.
Cierto –subrayó
la becaria–
yo fui testigo de la increpación, y puedo asegurar que el rostro
del auriga trazó un rictus airado al preguntar: ¿Es cierto que también
pretendéis hacer vuestro el vermut de los domingos? ¿No tenéis otro momento
para honrar a vuestros maestros mayores que a la salida de misa mayor? Y supimos
que hablaba por el homenaje previsto a Jesús Hilario Tundidor en el Alambique. Tuve que corregirle. Eso todavía no ha llegado, le dije, porque el homenaje será el sábado 1 de junio, pero todo se andará. Ratifico que el Jefe continuó callado, que bajó las
escaleras del santuario confuso, mas también asombrado de que ni lejos de su
tierra, ni lejos de su blog, tan abandonado, remitiera el runrún de la nuestra poetiquería.
Habló preguntando el redactor víbora: ¿
Tanto ruido armamos que se escucha tan
lejos? ¿La poesía española no es tan inane como nos parece? La poesía española –contestó el Jefe–,
y en especial
Lorca, fue capaz, a los pocos días, de callar a multitudes variopintas en el Teatro
de Epidauro. Será preciso que nos respetemos un poquito más. Tengamos algo de orgullo. Si no por el
presente, por el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario