martes, 15 de noviembre de 2011

Con la lengua fuera

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Ya saben mis lectores de mis penalidades en el oficio de cronista. Ahorremos su repetición. Pero el jueves 10 estuve en Majadahonda con Celia Bautista y Enrique. Vino conmigo también la panda que me persigue y controla. Ahorremos repetir sus nombres. Intentaban presentar el libro de Ana Montojo La niebla del tiempo, que había ganado, cuando el calor de mayo, el Blas de Otero 2011. José Luis Morales habló, como otras veces, bien, muy bien. Dijo después, un poquito, la viuda de Blas, Sabina de la Cruz. Cuando la autora intentó hablar, un gemido infantil recorrió la escuadra de asistentes feroces. Este gemido: ¡Abuela Ana, es la abuela Ana!. Quiero decir que los nietos de la autora estaban allí y voceaban su ternura. En fin, otro milagro de la geriatría, que diría Ángel González. Poesía fresca, de cotidianeidad observada, con vigorosos y acertados guiños a la complicidad del lector. Excelente para un primer libro, aunque se adivinen poemas con edad.


Paco García Marquina rodeado de chicas
Al jueves sigue el viernes. Estuvo casi llena la Sala Trovador. Y allí la panda, controlándome. No me amilanan en mi labor y lo saben. Allí leyó María Juristo. Dijo que eran poemas que miraban a la cara de la Nada. Logró su objetivo. Tras el ineludible interregno temporal de Ruiz de Torres, y la lectura de poemas ajenos por Gracia Trinidad, tomó la palabra Paco García Marquina, objetivo designado. Vistió de terciopelo y amarillo palo. Aplaudidísimo tras su faena. El de Guadalajara tiene un prodigioso golpe de muñeca, tan sublime que es capaz de cambiar con un gesto la muleta del poema y sorprender al lector, al oyente, que no sospechaba su intención. Leyó primero de Cartas a deshoras, su último libro, y después se desparramó con inéditos desenfadados. Cita y acierta este poeta. Logró que olvidase que estaba trabajando. Me gustó menos ese afán por querer posar solo entre féminas a la hora del vino y las cervezas.
 
Alfredo Villaverde, Concejal, Natividad Cepeda, Ruiz de Torres
Sábado12, ya desde la mañana, la lengua fuera. A las 10, carretera camino de Tomelloso. Y manta. Allí esperaba Natividad Cepeda que había organizado un encuentro poético alrededor del vino. Entre los variados prometeos que acudieron de Madrid; Carmina Casala, Pepa Nieto y Alfredo Villaverde, que me compadecieron. Ruiz de Torres y Ángela Reyes lo habían organizado. Tras la visita a los paisajes de Antonio López Torres “el tío” y al Bombo del Museo del Carro, la comida manchega. La sobremesa consistió en un agradable recitado. Poetas madrileños y manchegos loando el trasiego del vino y sus efectos. Allí también la sonrisa de Pilar Serrano de Menchén, de Argamasilla de Alba. Me hizo merced de su último libro Corazón de Agua. Magnífica anfitriona Natividad, pero ya eran las seis largas y aguardaba otro servicio.


Eugenio Arce, Federico Gallego Ripoll, Diana Rodrigo
Corre, corre, pisa, vuela… llega a Ciudad Real. Los amigos del Grupo Guadiana: Eugenio, Diana, David, Juana, Elisabeth, Mari Carmen, José María, Toñi, Esteban, Resti, Presen, Santiago, Luis, Davina… entregan sus premios. A las ocho. Excelente puesta en escena. Cuidadísima. José Antonio Valle, vallisoletano, recibió el primer premio y Natividad Cepeda el segundo (Natividad también voló de Tomelloso a Ciudad Real). Sin metáfora voló Federico Gallego Ripoll desde Palma de Mallorca. Vino a su llanura, paisaje inevitable. Vino a leer un texto vigilante sobre el oficio del poeta, sobre el dominio que ha de ejercer la poesía sobre la palabra, sobre el respeto y la sumisión del lenguaje, como materia, ante el intento generoso de la creación. Un texto en la ribera del abismo, de la humildad y del orgullo que supone haber tocado alguna vez el milagro, la verdad de la poesía. Estuvieron magníficas las canciones de Rafael González. Pedro A. González Moreno llegó para escuchar todo.
Hubo cena y mojitos. Conversación. Relatos de esperanzas y maldades. Y un cadáver exquisito.
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3 comentarios:

Ana Montojo dijo...

Gracias por tu excelente crónica de la entrega de mi "Blas". Sólo debo aclarar que, por raro que parezca, es el de 2010. Se falló allá por el mes de marzo y es ahora cuando me lo han entregado.

Un abrazo

fcaro dijo...

Gracias, Ana, por visitar esta modestia. He repasado el libro, y la fecha del fallo es marzo de 201i, no mayo como digo, ni 2010 como sugieres. No importa. Lo que importa es el desparpajo con que fusionas el mundo físico con el emocional en tus poemas. Los haces uno y los haces mejores a ambos. El libro puede leerse seguido y/o en apertura fácil. En las dos manera gratifica.

Un abrazo.

Ana Montojo dijo...

Gracias por tus palabras, Paco. "Esta modestia", como tú la llamas va a ser desde ahora una de mis visitas obligadas.

Volviendo a las fechas, efectivamente se falló en marzo de 2011, pero es el premio Blas de Otero 2010, como puedes ver en la portada del propio libro. El de 2011 acaba de cerrar el plazo de presentación de originales, creo que en octubre, y se fallará en el 2012.

Perdón por mi precisión.

Un abrazo