viernes, 4 de febrero de 2011

Un anónimo

.
El día 14 de enero y por correo ordinario, el postal, recibí esta nota con síntomas de anónimo. En sobre sin remite, matasellado en Madrid, un papel, arrancado de un bloc, sostenía la admonición u observancia que comparto con vosotros. Debe haber sido escrita por algún conocido mío, cercano sin duda, enjuto en su decir y, sin duda también, lector de algún libro mío (esta última sospecha reduce muchísimo las posibilidades). Le estoy agradecido, y si decido transcribirla, disponerla a mi modo y publicarla, en este mi espacio reservado, es porque parece puesta en razón, corta y bien dicha. La verdad es que no alcanzo a colegir si esta pequeña publicidad le hará (a su autor) modestamente feliz o provocará en él cierta zozobra. Pero creo estar, como destinatario, en el derecho.


(Transcripción)

No lo busques, poeta mercader,
para ti no habrá nunca
el poema perfecto;
no se ha fiado
de nadie hasta ese punto
palabra alguna.

A ninguno
de vosotros le entregan su secreto
si sospechan que pueden ser vendidas:
jamás se prestan, se han prestado,
a tan viles oficios.
.

5 comentarios:

Luis Oroz dijo...

Intrigante.

Supongo que el poema perfecto no existe, y si existiera,es seguro que no podríamos verlo desde la propia perspectiva.
Así que, una preocupación menos para el notificador.

Un abrazo Paco.

Laura Gómez Recas dijo...

Es curioso que alguien se dedique, con tanto esmero, a lanzar tal advertencia al destinatario. Sobre todo, cuando la premisa es tan obvia. Es en la conclusión donde parece haber un tono de reproche, un tanto vacuo.
Pero lo verdaderamente sorprendente es la firma: un 'yo' rotundo... pena que ese 'yo' sea sólo eso, un 'yo' mojado, destinado a la desintegración sobre el papel que fue escrito.

Los anónimos son la más hábil y, también, la más patética, demostración de cobardía. Y suelen esconder un sentimiento de envidia y de falta de autoestima.

Claro... que siempre pueden ser una broma en busca de autor. Y, en este caso, seguro que de un autor que escribe poemas.

Un abrazo,
Laura

fcaro dijo...

Queridos Luis y Laura, perdonad que os una en la respuesta, pero os tengo el mismo aprecio.

Más me parece una broma que afán de provocación. Como tal lo tomo. No existe el poema perfecto, estoy con vosotros. La necesaria subjetividad del lector lo impide. Una preocupación menos. La pulla final puede entenderse de varias maneras. De momento dimito de intentarlo. Me hizo gracia, simplemente.

Mi abrazo a los dos. Paco.

Anónimo dijo...

Señor Caro:
Es ese anónimo lo conozco yo como a mí me conoce la madre que me parió.
No tengo la menos duda de que se trata del último alumno de Bocaccio.

Cabañero

fcaro dijo...

Posiblemente,Cabañero. Yo también lo debo conocer, pero no tengo el menor interés por identificarle. Estoy seguro que él me lo dirá cuando considere. El hecho de verlo publicado le llevará a tal decisión. No tengo prisa. ¡Boccaccio tuvo tantos alumnos!

Paco.