Mariantonia Ricas lee "Plural de sed"



Francisco Caro y la sed

Por  Mariantonia Ricas


      El ansia de beber aunque el cuerpo esté saciado, o la razón del cuerpo diga que ya basta, es uno de los conjuros de la pasión, de la lumbre amorosa. Francisco Caro, nacido en Piedrabuena (Ciudad Real), profesor de Historia, poeta, conoce bien esa necesidad del agua que mana dentro. Su libro de poesía, «Plural de sed» así lo demuestra.

      Al leer las páginas de este libro con detenimiento, disfrutando, compruebas que los poemas se estructuran en un orden preciso, a modo de una concierto, pues se agrupan según los movimientos característicos (zarabanda, courante, etc.) de la suite barroca que podrías encontrar en J.S. Bach o Telemann. La medida armónica, la distribución férreamente dispuesta de danzas rápidas y lentas, «doman» el impulso musical que tiende a desbordarse.

   Sin embargo, el barroco, en cualquiera de sus manifestaciones artísticas, contiene el delirio de la contradicción, el ímpetu de un exceso oculto que desdice su lógica. Plural de sed, ajustado en apariencia reposada, arde y no se consume porque Francisco Caro obliga a la palabra a contenerse antes de volverse ceniza, «ceniza enamorada». Dicha palabra fluye para expresar el hallazgo del amor, el acercamiento, casi danzado, sensual, a la persona amada; después el encuentro, el incendio escondido demorándose en la exquisitez erótica y, por último, una serenidad que sigue a la consumación del deseo pero que genera más ambición del agua que no apaga. Los versos de Caro, cultos, con imágenes elegantes y bellísimas, jugando con la repetición como esos pequeños fragmentos que se reiteran en los diferentes movimientos de la suite, te recuerdan que la poesía refiere siempre a lo vivido desde el anhelo y que el oficio de poeta se muestra cuando sabe contar aquello que llega y nunca acaba de llegar, que está siempre llegando. Plural de sed es la confirmación de la poesía verdadera; nombra por primera vez, revela, en este caso, el amor o, más bien, la esperanza de seguir amando… sí, lo que murmura la americana de Amherst: «esa cosa con plumas que nunca cesa».


 Publicado en
ABC Artes&Letras Castilla-La Mancha
30 de abril


© María Antonia Ricas 

No hay comentarios: