Calle del Postiguillo
sabes a greda,
que a tu final estaban
las dos tejeras.
Hombres y oficio
a los que el sol
curtía
su piel de siglos.
Dos familias de arcilla
en la faena,
forman los Sánchez una,
otra los Sierra.
Desde sus manos
nacen tejas, ladrillos,
sudor de barro.
Con ramilla de olivo
que la alimenta
en los vientres del horno
crece la hoguera.
La verdad dentro:
lo que empezó con agua
termina en fuego.
4 comentarios:
La gran belleza de nuestra poesía popular, cuando la crea un grande.
Inigualable...
Abrazo yustero.
La seguidilla, su ritmo, capaz de decir todo.
Uno de los poemas más bonitos
Hacía un tiempo que no entraba en tu blog. Buenas seguidillas. Un gusto leerte.
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