(de Roces, serie)
(8)
Con la misma
rutinaria destreza de un monje coreano,
a veces me descubro
caligrafiando signos, la crueldad de unas
letras
sé
que todo habrá acabado cuando por fin agote
la alcuza en donde guardo
la tinta, la extrañeza.
(9)
Hay martes, sé,
en que la luz es húmeda
porque deja un reguero,
misericordia oscura, por la piel de la mesa
son martes no celestes, martes
donde todo es oblicuo.
2 comentarios:
Buena serie. ¿Dará para libro? Confío.
Bueno, apuntes que procuro que no queden desaliñados. No creo para libro y menos editado. Uno, a veces, no puede contenerse.
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