Así correteaba por el patio empedrado, como si de un niño se tratara, así habló de la próxima edición de sus completas, Corredor Matheos, de 82 años, así abrazó en Valdepeñas a los amigos este barcelonés-manchego al que muchos llaman Pepe. Así lo guardaré conmigo. Domingo 5 de septiembre, cuando el sol se despide de su nunca lograda vertical.
Como si de un niño se tratase, la bondadosa paciencia de Juan Carlos Mestre ilustraba, minuciosa, las cien dedicatorias de los cien ejemplares de la antología que le solicitaron mitómanos agobiantes. Aire de santo laico, lector impecable y acordeonado de sus bienaventurados y su cavalo morto, el grupo A-7 le invitó para celebrar con él, sobre el empotro, el VXI vaso de vino noble. Ignoro si tuvo tiempo para degustarlo. Jesús Barrajón fue el apoyo confeso, material y espiritual, del poeta en su víacrucis gráfico. Lo había presentado momentos antes con precisión desacostumbrada en estas bodegas. Justeza de concepto, de tiempo y de lenguaje. Hízole heredero de Whitman y Ducasse, profeta bueno del irracionalismo y el compromiso, hombre imposible para ocultar la luz.
Julián Creis, vital y cierto, abrió un acto que cerraron las palabras desalentadas de Agustín y las del alcalde, Jesús Martín, a quien la buscada chispa no funcionó en este mediodía caluroso. Minutos antes, el niño Pepe Corredor, anunció la presencia -1400 kilómetros de automóvil- de José Luis García Herrera como ganador del premio Juan Alcaide 2010 con un “Cuaderno de Britania” que encuentra aquí buen acomodo. Bebieron Ágora Lágrima cerca de mí, aunque ocultos por una pléyade de libadoras, mis amigos Pedro A. Gonzalez Moreno, José Luis Morales, Juan Pedro García Carrasco, Cristóbal López de la Manzanara, Delfín Yeste, Vicente Martín, Tano García-Page, Nicolás del Hierro, María José Maeso, Esteban Rodríguez, Javier Torres. Noté ausencias y el vagar de Javier Lostalé. Matías Barchino, bien, bien en todo, sin mostrar agobio, como acostumbra. El inquieto Corredor Matheos, de la mano de quienes le cuidan, abandonó la fiesta, camino de Alcázar, antes que los mayores iniciaran la comida.
Superior: José Luis García Herrera y Pepe Corredor Maheos
Centro: Juan Carlos Mestre en Cavalo morto
Inferior: Jesús Barrajón, Jesús Martín, Juan Carlos Mestre
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