Este es el territorio que temías -te dijiste- el futuro era sólo esta promesa, acéptalo, acepta como tuya esta frontera, estas sustituidas curvas, estos asfaltos desgarrados por el tedio de un espacio que tuvo alguna vez valor de tránsito, esta carretera en desuso este arrabal desde el que ya es posible contar la vida, aquí puedes andar lo deleznable, lo apartado, pisar las hierbas sucias que ofrecen las grietas, el caucho decaído, unos años que nadie puede ya reclamar: hay en ella un enigma, lo pasado expulsa la desidia, intérnate, busca en ella, revuelve, no has de temer su oferta anda sobre las cosas indecisas, nadie de los otros vendrá a contar este asombro: el plástico del tiempo, trapos sin nombre, desperdicios lavados por la lluvia, lagartijas que leen manuscritos, estas curvas conocen la erosión y sus modos, los agravios los caminos de quienes se resignan y cuenta los espasmos de cuanto fue, repasa tanto cristal sin sueño, ordena mustias crueldades de aluminio, semillas, cardos, agigantadas sombras, y siéntete libre de la abrasión de lo fugaz, de quienes cerca pasan, de quien huye detén aquí tus ansias –te pediste– aceptarás que es la niebla morada de la fuga y lo blanco una línea que resiste: es el recuerdo de cuanto fue advertencia, lo visible, la señal que separa lo que fue necesario de lo que ya es inútil si el tiempo es esa calavera de perro que te mira o el cieno que encadena a las cunetas, siéntate, siéntate junto al límite de la tarde y sus gotas, comprueba si es tu vientre alquitrán inservible, otra piel inservible, la de un extraño arquitectura estoica, todo desecho: cuanto das y recibes, nada de lo que fue te vale ahora, nada de lo que es mira el futuro: todo desecho, paraíso que pudre, carretera cortada.
Querido Paco, carretera cortada aún no, porque es lugar por el que ir transitando y poder mirar hacia atrás pero seguir mirando también hacuia delante. Más libres quizá, más sabios, más serenos, ojalá. Lugar desde el que otear la vida y contarla, escribirla. Un abrazo grande, Paco. Gracias por tu poesía. Javier
Gracias por tus deseos frente al poema, Javier. Más libres, seguro. No tanto lo de más sabio. El tiempo no siempre mejora. Verlo pasar a la puerta de casa no siempre enriquece. Pero estamos. Resistimos. Gracias siempre, poeta.
Puede que precisemos volver a transitarla
ResponderEliminarCon la ilusión de aquellos días claros
De juventud y voces de esperanza
¡Si eso fuese posible...!
Sí, pero desde el recuerdo.
ResponderEliminarTodo pasa rápido, fugaz, al lado
Solo queda el instante, Miguel A.
Hermoso poema que merece muchas lecturas.
ResponderEliminarMe ha sorprendido gratamente.
Me alegro de haber llegado hasta aquí, maestro.
Un abrazo
Tantas, María, como lectores. Soy consciente de lo abierto de sus interpretaciones o sus sensaciones. Gracias.
ResponderEliminarQuerido Paco, carretera cortada aún no, porque es lugar por el que ir transitando y poder mirar hacia atrás pero seguir mirando también hacuia delante. Más libres quizá, más sabios, más serenos, ojalá. Lugar desde el que otear la vida y contarla, escribirla. Un abrazo grande, Paco. Gracias por tu poesía.
ResponderEliminarJavier
Gracias por tus deseos frente al poema, Javier. Más libres, seguro. No tanto lo de más sabio. El tiempo no siempre mejora. Verlo pasar a la puerta de casa no siempre enriquece. Pero estamos. Resistimos.
ResponderEliminarGracias siempre, poeta.