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jueves, 12 de octubre de 2017

Un poema de El oficio del hombre que respira


  
Porque vivir es esto,
un viaje sin excusa,
un reto de distancias, nunca quise
ser transeúnte roto en sus caminos.

Sabedor de sus túneles y alfombras,
de sus bifurcaciones,
de sus tretas gordianas, de que nunca decreta
cárcel para los buitres ni da salvoconductos,
hice largo el trayecto, pero rumor mis pasos.

De cada recorrido guardo
el polvo de la marcha,
el sol con que se guían los audaces
y la plata encendida de las cumbres,         
no recelo
de veranos con nieve,
de crepúsculos pálidos,
de posadas con voces clandestinas, sigo
poniendo nombres
al fracaso de algún ayer intruso,
a las aves y encinas que me cruzan,
a los patios del sueño,
y escribo, si me deja, de sus provocaciones,
de sus enemistades,
del amor junto a los acantilados.

Aún espero a Borges
en las noches de tregua y estrelladas,
no pregunto a quien pasa,
no respondo.
  

11 comentarios:

  1. Me ha encantado y estoy deseando leer el resto del poemario merecidamente premiado.

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  2. Para qué palabras, teniendo a la vista ta las tuyas, transeúnte-maestro sosegado, silencioso y preciso. Un abrazo de corazón... Y sigue caminando.

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  3. Muy bueno Paco, ya me dirás cuándo se podrá disfrutar de su lectura, pero esta muestra pormete y mucho tiene ( como yo digo ) música interna.

    Carmen Feito

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  4. Tiempo habrá, Emma. Dicen que saldrá pronto.

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  5. Miguel Ángel, tus palabras son siempre mayores, mayustas.

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  6. Si a ti te lo parece, Carmen, que sabes de esto, me ds una alegría. Gracias.

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  7. Gracias, Palomaa, tu corazón es grande.

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  8. A veces, dan ganas de no escribir porque ya ha escrito Paco Caro.

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  9. La poesía es un río caudaloso, todos somos gotas de agua, Eduardo. Y gracias.

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  10. Paco, felicidades una vez más. Desde nuestro pueblo, el de Nicolás... el de todos, un fuerte abrazo.

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