entre las
páginas
tal vez
ochenta seis
y ochenta y
siete
de un libro de
Juan Gelman,
hay un trozo
de bar
y otro de cielo
del pueblo mío, de la piedra
que labraron mis padres
y apresadas y
prietas
tres palabras
que escondo,
porque olviden
el desorden y
el hambre,
el veneno
preciso
del país donde
entierran cuanto amo.
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