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Habitaciones mustias todo
lo dicho y ya
escuchado,
adobe su
verdad
seco barro
y paja
que la lluvia,
los cuerpos y su roce
desmoronan.
Me dijiste:
La verdad es
la casa del hastío,
y adobe,
muro deleble,
estancias
taciturnas
aquello que
entre dos
pudiera ser
explícito, lavado.
Entre nosotros
–añadiste–
sólo lo
inexplicable permanece.
Y qué mejor que sólo permanezca en el "entre nosotros" de cada cual lo inexplicable, bueno... quizás el que permanezcamos, nosotros, cada cual con su cada quién, en lo inexplicable. Felicidades por el poema.
ResponderEliminarSomos la inexplicable, y gastamos la vida justificándonos unos a otros fingiendo verdades cara cara que se agostan que se mustian, cada poco. Sólo lo inexplicable es voluntad de permanencia. Y tal vez la poesía es un territorio ad hoc, Federico. Algo sabe tu poesía, tan llena de búsquedas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar¡Y cuántos "entre nosotros"se producen en demasiadas ocasiones...!
ResponderEliminarSí, es cierto, bien sabes tú de esas cosas. M Ángel. Las verdades se agotan, lo inexplicable permanece.
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