Vino a Madrid, desde Sevilla, empujada por su nuevo libro El corazón y los helechos. Es poeta de piel y de palabra. Una mujer de génesis. Poeta en curvatura levantada entre mieles y zarzas. Sobre color centeno. Sostuvo extensa -casi una hora- su entrevista con Ana Gorría para decir que vive donde la poesía. Que ella es casa. Que sobre ella el aire escribe. Y la emborrona. Y la deslía. Poeta de lenguaje, preocupada porque la forma, porque el ritmo, potencie los códigos, el entramado de señales y sensaciones comunes que supone un poema. Su libro, El corazón y los helechos, que ha publicado este año La Isla de Siltolá, leído, descifrado por entrevistadora y entrevistada, llevó a la devastación en la sala de Libertad 8, al desvalimiento que produce la belleza declarada, súbita. Valentín Martín, poeta y contrabandista, dijo en voz alta de su capacidad sagaz para hacer compromiso abierto de lo íntimo, para hacer sus poemas receptáculo, cáliz con que beber fragilidades, vientres: ese lugar salvaje donde un corazón brota: y es cerrojo: y puerta y frío: y es helecho.
Alter ego
Ella habla un idioma sin apóstrofes,
se alimenta del negro. vive
a veces,
en el sonido angosto del cuchillo
al penetrar el duelo
o la ceniza.
Otras veces la rosa, la maraña
de insectos
y el goteo del sol sobre las formas:
siempre llueve a este lado de la melancolía.
Muere sin hacer ruido, cuidadosamente
como mueren los lirios
y los pájaros tristes,
con la noche,
conmigo
sobre mi lengua extraña,
molde del corazón
yo misma
De verdad un libro espléndido, Paco. Además del poema que reproduces son muy recomendables "A veces sucede que vivimos" y algunos fragmentos de "Cartas de amor a un suicida". Un abrazo para ti, Paco y para esta poeta a quien no conocía, de mi tierra.
ResponderEliminarEduardo