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Es también
un carcelero ciego
es quien quita el candado
y descorre el cerrojo
la que desprecia el riesgo,
aquella que desclava
y dobla los barrotes
es quien abre
después la puerta
de la prisión y da
la curva libertad a los instantes.
La poesía es
también un ciego carcelero
los pájaros la nombran cuando vuelan.
Del que no se puede escapar, porque es ella la que siempre te apresa... Bravo, poeta, bravo.
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