lunes, 12 de octubre de 2020

La actualidad de José Luis Morante



 


           Reconozco que para mí, José Luis Morante siempre está de actualidad, en este caso acentuada. Y lo está porque su atención a lo que sucede en el mundo de la poesía es permanente, curiosa y eficaz. Y lo está porque su afán creador permanece excitado. Es además un grandísimo divulgador, un consciente oteador y propagador de los vientos más nuevos de la poesía española. Digo también que para mi persona ha sido un acicate la amistad casi reciente con el poeta, con el profesor de Rivas. Amistad cercana y fértil. Vienen al caso estas palabras porque estoy con dos libros suyos sobre la mesa. Uno que habla de su mirada exterior y otro de la llamada interior. Atraído desde hace unos años por las formas cortas, por las fugacidades próximas, cultiva las estructuras del haiku y el aforismo como recipientes del fulgor poético. Varios libros, y recientes, dan testimonio. En las presentaciones de algunos tuve la fortuna de acompañarle. Y sus haikus han visitado Mientras la luz como invitado. Añadan a ello su perenne atracción por lo que le acude significativo de sus alrededores. Son legendarias sus aproximaciones, en Cátedra, a la obra de tres poetas claros: Margarit, García Montero y Rosillo. También su búsqueda de poetas jóvenes que vehiculen el milenio. O el abrir las páginas de su blog a compañeros que transitan por senderos que le son queridos o viven cerca de sus afectos. Todo ello sin abandonar su obra creativa, aunque tengo la impresión de que la mantiene agitada, pero en stand-by, permítaseme el oxímoron.

        Junto a José Luis Trullo y Manuel Neila, José Luis Morante aboma y vigila la producción aforistica española, Dios se lo pague. Ahora, aprovechando la encomiable voluntad editorial de José Mª Cumbreño, ha aparecido en Liliputienses la antología 11 aforistas a contrapié en la que, tras una selección personalísima, se ocupa en diseccionar –qué magnífico prólogo lleno de sabiduría analítica, y qué precisión de vocabulario– la obra de 11 poetas que han caído en la tentación minimalista. Es difícil el aforismo, quiero decir el buen aforismo, sofocado como está por las zarzas de las ocurrencias, de los juegos del lenguaje, de lo ya dicho, de la boutade inane, de… pero es preciso ponerle la atención a un fenómeno que tiene cada más más cultivadores y con mejores frutos. Me he sentido muy cómodo leyendo los que se ofrecen de Mario Pérez Antolín y subrayando algunos, otros, muchos de diversos autores: Comendador, Iribarren, Elías Moro, Felix Trull, AP Cañamares, JM Cumbreño, LA Guichard, JA Olmedo, R Troncoso y S Nuño. Y he disfrutado y aprendido leyendo la introducción en donde, y aprovecho sus palabras, se crean vínculos con la claridad. Qué difícil ser a la vez buen crítico y buen poeta. Qué reto establecer un diálogo entre ambos afanes. Y qué fácil lo hace José Luis. Tal vez porque acompaña y facilita.

 

          Otra realidad, la llamada interior, que a veces parece confundida y tímida entre la fronda de tanto dedicarse a los otros, es la que se contiene en Ahora que es tarde. Son 160 página de La Garúa que contienen su selección personal de 30 años de poesía. Desde aquel Rotonda con estatuas de 1990 hasta los inéditos de 2020. El discurso poético de JL Morante está teñido de emoción intelectual, las provocaciones deben atravesar el tamiz de la idea para poder plasmarse en el poema. Hay una elaboración cuidadísima para que se muestre tan sólo la esencia de lo que se pretende, pocas veces estorbadas por  las anécdotas o los detalles, que cuando aparecen forman parte indispensables de la historia. Leo y veo tras los poemas al hombre que escribe y se escucha, al hombre que no entiende de equilibrios ni justificaciones, al hombre que busca y mira el azar del paisaje que fluye, que es de la Vida a la vez que el de la Naturaleza. Tal vez por eso la cámara, si lo fotografía, le sorprende casi siempre de espaldas a lo andado. Amigo intenso de tantos poetas reconocidos, ha elegido a Antonio Jiménez Millán para el prólogo. Y ha acertado. Se señala en él su anclaje en la mejor tradición de poesía española de la segunda mitad del XX, su búsqueda permanente del otro, del azar del otro que le habita y al que es difícil sosegar. Y la metáfora continuada de la marcha, tan presente en su vida como en los poemas. Siempre a la espera, sabedor de que el futuro no ha terminado, nos ofrece 11 poemas de su meditado próximo libro, Nadar en seco, en donde lo enjuto del lenguaje hace más patente la presencia vigorosa del tiempo, la necesidad de acordar con lo vivido si el trayecto ha merecido la pena. Y cómo. Y cuánto. Termina el libro con un poema ensayo de autobiografía –desde el guiño a Gil de Biedma– que resume ávidamente lo que el arte y la vida se juegan en la entraña del que escribe. Del poeta que escribe. De José Luis Morante.

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Don Juan

La vida imita al arte

Ocar Wilde

 

Un día de pasión no es más que un resto,
una filosa esquirla
que la tarde enmohece.
La realidad futura se convierte
en solar insalubre:
un mercadillo antiguo
en el que trapichean los recuerdos.
 
Cuando no queda nada,
respirar es el modo de esparcir las cenizas.
 
El reguero biográfico malvive
en su estiaje; se cansa y aborrece.
Aquí la vida desconoce el arte.
 

(Del libro futuro Nadar en seco)

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 Estrategia

 

Mantengo una estarategia rigurosa 

que supone continuo aprendizaje, 

con ella maduré tu encarnadura, 

hice de tus espejos refugio protector. 

De pronto la vigilia 

impone su aspereza. 

Te desgajas de mí, 

adquieres vida propia 

y encaminas afanes a otro sueño. 

No pongo en entredicho 

tu postura 

ni te,pido consuelo. 

Pero es larga la noche 

y habito un caserón destartalado, 

sin salidas de urgencia.


(De La noche en blanco)


6 comentarios:

miguel ángel dijo...

La Poesía se viste de muchas formas. Ella, su presencia, es lo importante. Bellísimos poemas y hermoso marco su presentación.

Pedro Torres dijo...

Es difícil el aforismo, sí. Supongo que para el autor (aunque hay algunos tan desgalichados que dan la sensación de haber sido escritos atolondradamente, al tuntún: lo primero que que se le viene a la cabeza), pero también para el lector: una cosa que se nos ofrece breve y, por lo menos, ingeniosa, cuando se amontona y no es tan ingeniosa resulta indigesta y desabrida. Con los haikus pasa lago parecido. Y hay inflación de ambos. Debería pedírseles a los autores cierta continencia o establecer algún tipo de tribunal, constituido por conspicuos representantes del gremio de los aforistas y "haijines" (o como se diga), que aprobara cuantos pretendan darse a la imprenta.

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Querido Paco, muchos niegan lo evidente y sostienen que la amistad es solo una razonable hipótesis, un espejismo. Y así les va. Yo siempre he pensado que el mejor legado del quehacer literario son los afectos, la construcción de un camino común en el que se unan rincones y búsquedas, incertidumbres, esperanza. Qué hermosa entrada me regalas hoy en tu blog y cuánta deuda crea en mi taller de trabajo. Seguiré buscando esa identidad que dibujas para no decepcionarte, para no decepcionarme a mí mismo. Mientras, un fuerte abrazo. Con luz.

fcaro dijo...

Cierto la poesía es una posada con múltiples puertas, se puede entrar a ella por donde mejor nos deje acceder. Un abrazo, Miguel Ángel.

fcaro dijo...

Amigo Pedro, es difícil el aforismo. el buen aforismo, en eso estamos todos de acuerdo. Yo hago cierta alusión a los riesgos.José Luis Morante también lo sabe.Como el poema tradicional se enfrenta a los abismos de la obviedad, del desalino o de los sobado. Llevamos muchos años en su ejercicio. En la antigua Castilla existia el Protomedicato, entiendo que, en plan de broma, sugieras algo así para adelgazar las explosiones y modas. Hay espléndidos aforistas en España, el asunto puede ser la dosis, como sugieres.

fcaro dijo...

José Luis, llevas años dedicando tu blog, y en general tu buen criterio, a abrir ventanas para que el hacer de otros se airee y/o vuele. No debes extrañarte que tu labor sea puesta en el alféizar ajeno. Tu libro de La Garúa da buena muestra de tu compromiso con la poesía y la altura de tu obra. Ya sabes que no soy crítico y que mi aproximación a las obras ajenas viene desde la sensaciones y los afectos. En lo de la amistad estamos muy de acuerdo. Y lo sabes. Disfruta el momento. Mi mejor abrazo.