miércoles, 20 de febrero de 2013

Montes (hacia Luciana

                   .





En las horas tardías,
el encrespado mar
de las sierras que llenan el oeste
-mar de cumbres lo llaman los geógrafos-
se ofrece en mi camino

busco entonces las dos
viejas encinas
que guardan la dehesa,
contemplo desde allí
la luz naranja
donde tiembla, futuro, el aire frío

humildes, asustadas,
imagino las aguas que penetran
a interrogar los valles, el misterio

pronto vendrán las brumas, pronto,
y será el horizonte
sólo concepto,
como ya es el amor.

Tengo a veces
la intención de internarse,
de entrar en ese enigma, el deseo
de escribir la espesura o el vacío
que lo distante oculta.

Dos pastores que guían un rebaño:
nosotros vamos ya de recogida,
me dicen, con afecto
respondo a su saludo, van despacio,
como llega la sombra sobre el mar de los montes.

Anochece.

2 comentarios:

La Solateras dijo...

¡Qué maravilla, Paco! Cómo me dejo llevar por ese paisaje de anochecida!

Un beso

fcaro dijo...

Eres una lectora de buen corazón, Ana.